LA FORMA Y LA FUNCIÓN SIGUEN EL CLIMA. PHILIPPE RAHM.
El tema principal del texto se centra en la necesidad de construir edificios que nos proporcionen bienestar, pero teniendo en cuenta el efecto que tendrá sobre la Tierra y evitando actos que perjudiquen tanto a las generaciones actuales como a las futuras.
Para ello, deberemos limitar el uso de las energías no renovables para impedir que se agoten. Esto se conseguirá usando energías renovables y mejorando el aislamiento de edificios que permitan usar menos cantidad de energía.
En un principio, se consideraba la forma como lo único importante, pero a partir Louis H. Sullivan, quien afirmó que la forma debía ajustarse a las necesidades, la función. Esto fue criticado por el hecho de que las necesidades están cambiando continuamente por lo que la construcción perdería su funcionalidad.
La relación forma y función se quiere llevar al ámbito de la arquitectura con la relación arquitectura y clima. Al igual que la forma está determinada por la función, la arquitectura está determinada por el clima. Debemos tener en cuenta todo lo que respecta al clima ya sea iluminación del día y la noche, cambios meteorológicos o el paso del tiempo para lograr una mejor manera de construir.
En este texto se ponen como ejemplos los patios de las casas de Venecia que proporcionaban protección ante tormentas de arena y en Bagdad, un ejemplo de estratificación de edificios en que en las diferentes plantas se adquieren temperaturas y humedades distintas, cuanto más baja sea la planta menor temperatura tendrá y menor humedad. El nombre de las habitaciones no dependía de su función sino de la temperatura de estas.
La arquitectura a pesar de depender de las necesidades climáticas no debería tener condicionantes funcionales únicos estrictos sino que debería haber más libertad.
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